El litoral del oriente asturiano gracias a su orografía repleta de accidentes geográficos y formaciones de roca caliza dibuja paisajes únicos, impresionantes y seguro que inolvidables. El paso del tiempo y la acción del mar han perfilado oquedados en los acantilados donde la fuerza del Cantábrico abre caminos cuyos efectos naturales son visibles, sonoros y sobrecogedores. Son los denominados “bufones” o “bramadorius” (en asturiano), donde el agua del mar, asciende por la roca y es expulsada a gran altura de forma pulverizada con un sonido estruendoso.

Este fenómeno natural se origina en función de las mareas y el “mar de fondo”. A medida que las mareas presenten mayor oleaje, los bufones serán más potentes y bramarán con mayor ardor.

Este espectáculo, se puede observar tanto desde los acantilados de “Castru Arenes” en Ribadesella como en el paraje de Pría en Llanes. Separados por la línea que conforma la desembocadura del río Guadamía entre los pétreos acantilados de caliza.